Eliminación de dos días festivos: "Parece un señuelo" para evitar la censura, dicen algunos cercanos al primer ministro

El Primer Ministro se enfrenta a múltiples amenazas de censura por el presupuesto de 2026 en otoño. Incluso dentro de su gobierno, la eliminación de dos días festivos no cuenta con unanimidad. Sin embargo, algunos especulan que este anuncio podría, en última instancia, dividir a sus oponentes.

Los interlocutores sociales se oponen firmemente a la eliminación de dos días festivos propuesta por François Bayrou en el presupuesto de 2026. El primer ministro les envió una carta fechada el viernes 8 de agosto con su hoja de ruta al respecto. El gobierno aspira a recuperar 4.200 millones de euros para 2026 con esta medida. «Esto es inaceptable e incluso peligroso», declaró a franceinfo el lunes el presidente de U2P, la Unión de Comercio Local. Incluso dentro del gobierno, el anuncio de esta eliminación no ha sido bien recibido.

Hay ministros que se unen en torno a François Bayrou, como Philippe Baptiste, ministro de Educación Superior e Investigación. «Le apoyo con creces», aseguró el lunes en franceinfo, elogiando «la valentía del primer ministro que dice la verdad al pueblo francés». Philippe Baptiste se mantiene fiel a la estrategia del gobierno: pronunciar un discurso alarmante sobre el estado de las finanzas públicas. «Estamos en una situación de sobreendeudamiento, con 3,3 billones de euros de deuda », explicó. «Si dividimos esa cifra por el número de franceses, significa que cada francés debe hoy el equivalente a un DS7, o 45.000 euros».

La semana pasada, François Bayrou insistió en su lema del verano: la deuda francesa aumenta 5.000 euros por segundo, según promete. «La eliminación de dos días festivos supone 4.200 millones de euros extra en las arcas en un año», jura un amigo cercano del primer ministro, quien elogia la medida por su eficacia.

Jordan Bardella, presidente de la Agrupación Nacional, amenazó el mes pasado: «Ningún diputado de la RN aceptará esta medida, que es provocadora». Ante esta amenaza de censura, algunos miembros del gobierno interpretan el anuncio de François Bayrou como un farol. «Parece un señuelo», analiza un estrecho colaborador de un importante ministro, «para soltar a alguien en el momento oportuno». En otras palabras, según él, se tratará de hacer una concesión suficiente para comprar la indulgencia de la Agrupación Nacional y evitar la censura.

En estos momentos, todos los partidos de la oposición amenazan con derrocar al gobierno por el tema del presupuesto, así que hay que encontrar la manera de dividirlos. Un amigo cercano del jefe de gobierno admite a regañadientes: «Todo esto podría acabar siendo moneda de cambio».